E F E M É R I D E S Por Sergio M. Vargas Sucedió un día, en la ciudad de Xa lapa, Ver. (La otrora Atenas veracruza na). Se estaba celebrando un concurso de oratoria: “Hace trescientos siglos, eran tiempos de la colonia en México…”inició su alocución el orador en turno, con ges tos grandilocuentes. Los espectadores se miraron entre sí, incrédulos… y rompie ron a reír. Evidentemente el orador detuvo su discurso. Un tanto desconcertado miró a su público, quedó en suspenso por una milésima de segundos y de pronto, con un dejo de desdén y sapiencia: “bueno, poco más o menos”, precisó. Pues bien, con ese “poco más o me nos” hoy, nuestros políticos que de todo saben… y mucho, y en todas partes se acomodan… y siempre, nuestros intelec tuales, que no se quieren quedar atrás, los maestros (no todos, por suerte), los analistas, los académicos (los únicos que hubieran dicho la verdad, y con sorna, ya murieron, por desgracia: Mi queridísimo Carlos Monsiváis y mi respetabilisimo don Calos Montemayor), etc. con gestos tal vez no tan grandilocuentes como el orador de marras, pero sí con una insis tencia que lastima nuestros sentidos y los escasos conocimientos que de historia y sociología tenemos, se llenan la boca ha blando de los “doscientos años de liber tad de los mexicanos” y agregan” y cien de revolución democrática” … bueno, po co más o menos, deberían añadir. ¡Si no me dieran lástima, me da rían vergüenza, estos pobre cara dura! La independencia la inició, justa mente, el Sr. Cura don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Galle ga Mondarte Villaseñor, nombrado mere cidamente en la actualidad Padre de la

Patria,, no obstante ser excomulgado por el clero de su tiempo. El 16 de septiembre de 1810, el Sr. Cura, habiendo sido alertado por sus com pañeros de sedición y aventura, tomó la determinación de lanzar las campanas a repique, llamando al pueblo a misa, y aprovechó la congregación para convo carlos a luchar contra la supeditación de la patria para con el rey de España. En realidad quienes deseaba esto eran los mestizos (nacionales nacidos de padre español y madre indígena o viceversa) pues no gozaban de iguales privilegios que los criollos (españoles de raza pura, nacidos en la Nueva España) y estos a su vez, no los tenían de los españoles llega dos de allende el mar. Los naturales lo único que deseaban era comida suficiente y punto. Pues de todo lo demás carecían de tiempo atrás, desde la conquista, ni soñaban con pose erlo. No sabían de qué se trataba Don Miguel Hidalgo y Costilla fue ca turado, junto con otros egregios insurgen tes, en Acatita de Baján, entre Coahuila y Tejas (entidad novo hispana el 21 de mar zo de 1811 y fusilado junto a Abasolo, Allende, Indalecio (hijo de Abasolo), Alda ma y Jiménez, el treinta de julio de ese triste y fatídico año. (hace exactamente 199). Fueron traicionados por Ignacio Eli zondo quien debido a esta bajeza fue nombrado de inmediato Coronel del ejé rcito realista. De hecho él era realista, pe ro se pasó al bando insurgente para co meter su triste felonía. (Cualquier pareci do con alguna situación de la política actual, es mera… repetición de la histo ria) Otro cura benemérito, don José Ma ria Teclo Pérez y Pavón dio continuidad a la lucha del Padre de la Patria pero fue capturado el 5 de noviembre de 1815 por el Coronel Manuel de la Concha y cuyo

comandante en jefe lo era Matías Carran co, otro militar insurgente que pasó a formar parte del ejército realista. Meras coincidencias… usted sabe. Fue juzgado por la “Santa” Inquisi ción, degradado de sus meritos religiosos y excomulgado por el Papa Pío VII por promulgar la constitución de Apatzin gán, documento que… “contenía ideas contrarias a la fe católica.” Fue fusilado el viernes 22 de di ciembre de ese año, en la ciudad de Eca tepec (hace 195 años). Don Pedro Moreno y Francisco Xa vier Mina (navarro de 28 escasos años, no americano) fue capturado, el segundo en el rancho El venadito, el 27 de octubre y fusilados por la espalda en el cerro del Bellaco (¿qué me recuerda?), el 11 de XI del año de 1817 . El primero fue muerte en esos días, en combate. El militar rea lista asesino fue ascendido de inmediato a Coronel (el crimen paga… y paga bien). Finalmente la guerra fraticida ter minó el 10 de febrero de 1821 en Acatem pan, Puebla, cuando, en un acto de po lítica a la mexicana, el comandante en jefe del ejército realista, Agustín de Itu rbide y el jefe de las fuerzas insurgentes, don Vicente guerrero, firmaron un ar misticio y con un abrazo que pasó a la historia, declaran la independencia de la Nueva España del reino de España (luego entonces, son ellos los consumadores de la independencia y/ Padres de la Patria, según nuestros descerebrados analistas de la historia). El Virrey, don Juan Ruiz de Apodaca (que también hacía caca). Con este acto, no sé si bochornoso, pero sí histórico, la Nueva España consi gue no depender de España (si a eso le llaman libertad, pues consiguió la liber tad). El caso es que Agustín de Iturbide se proclamó Emperador (pero un emperador suigéneris, pues siempre respetó la “liber

tad” que el pueblo había conseguido) y don Vicente guerrero, que no sabía leer, escribir, ni tenía conocimiento alguno de lo que era la administración pública, la política, ni supo gobernar, fue nombrado presidente de México (el primero fue don Guadalupe Victoria y se llamaría México exactamente en ese momento, hace 189 años, no antes). ¿Será por eso que le qu itan la edad y le rinden pleitesía nuestros políticos? De estos actos hace exactamente 189 años, como “decíamos ayer”. ¿De dónde, pues, festejar el famoso bicente nario de la independencia de México? Y el pueblo, ¿en qué se vio benefi ciado, si la iglesia siguió siendo súper po derosa (hasta que don Benito Juárez y sus liberales le dieron de cocotazos, cosa que no le han perdonado, ni le perdona ran jamás), los grandes hacendados no tanto, pero rivalizaban (en poder y rique za, pues en todo lo demás eran uña y mu gre). En cuanto a la libertad, ¿cuál? la mi seria, la de siempre, la desnutrición, la ignorancia, la insalubridad, la enferme dad inasistida, exactamente igual que en nuestros tiempos y podría yo asegurar que existe alguna diferencia, en cuanto a la violencia, ¡PERO ME TIEMBLA LA MANO Y SE ME ENJUTA EL CORAZÓN! De la Revolución Mexicana, ¡ni ha blar! El pueblo sabe muy bien que TODOS los revolucionarios murieron. Los idealistas, los puros de corazón y sentimiento, los que dieron su vida por el pueblo, los que odiaban a los ricos, los poderosos, por injustos, abusivos, déspotas, prepotentes, intolerantes, explotadores, rateros, pira tas, chupa sangre del pueblo, etc. Triunfaron los asesinos, los malos, los que tenían el apoyo de los gringos, del clero, de los ricos, cuyos méritos ya medio enumeramos, los grandes hom

bres (y no lo digo por que piense que tie nen alguna virtud que los engrandezca, por el contrario, son la gente más dís cola, más egoísta, más miserable, como los “nobles” del feudalismo, que de no bles no tenían nada. Eran simples zán ganos, parásitos igualmente despóticos y criminales que se apoyaban en la igno rancia del pueblo y la “viveza” del clero que los coronaba dique por mandato divi no. ¿Usted crée? Y así vienen a hablarnos de cien años de revolución, QUE DIO INICIO HACE CIEN AÑOS Y QUE SIRVIÓ PARA REVOLVER LAS DE POR SI TURBIAS AGUAS NACIO NALES, PARA BENEPLÁCITO DE LA CAS TA QUE NOS GOBIERNA HOY DÍA. ¿Se les olvida la reelección del magnicida Álvaro Obregón y del maximato de Plutarco E lías Calles y satélites sonorenses (y de o tros Estados de la República) que los a compañaron, y que culminó en 1934 (hace 76 escasos años) con la llegada al poder de Tata Lázaro (cuyo único error fue dejar en su lugar al Presidente más mocho y retrógrada que ha gobernado a los mexicanos, pudiendo haber dejado al valioso General Mújica, su magnífico Se cretario de Comunicaciones, que todo mundo pensaba le sucedería).

AOtros viles carniceros, multihomicidas como Gonza lo N. Santos, en San Luís Potosí, Rubén Fi gueroa en Guerrero, entre otros hijos “e gregios” de la “revolución”. Los cam pesinos de la sierra del mártir Estado de guerrero y los “indios” de la península de Yucatán, guardan muy buenos recuerdos de ellos, (pues se llevaron entre las ma nos asesinas, siempre de soslayo, como casual “daño colateral” a su máximo re dentor Felipe Carrillo Puerto). ¿Cuándo dicen estos mentirosos que triunfó la jus ticia social en México? ¿Hace cien años? ¡Que poca M… emoria tienen. ¿Y la paz social? ¿y la libertad? Entelequias…. Entelequias.